¿Bastarían tres preguntas para buscar la diferenciación? Es lo más remarcado en los manuales de comunicación. Los gurús del marketing lo repiten una y otra vez. La diferenciación, dice el mundo, es la clave del éxito, es aquella cualidad que te define y que sólo tú posees. No solo del éxito en los negocios, con tu estrategia de marca o como base de una salud mental aceptable. La diferenciación lo es TODO, la única manera de no ser absorbido por el ruído digital. Las plataformas son un hervidero de usuarios con una creatividad tremenda, aunque también toca convivir con bots e inteligencia artificial que aprende de nuestros hábitos y se aventura con la creación artística.
Con toda esta introducción no quiero decir que de pronto tengamos que probar cosas nuevas sin reflexionar o pasarnos de originales, ni que tengamos la respuesta mágica para todo. En el punto medio está la medida justa para ocupar el lugar que reclamemos teniendo en cuenta lo que hace el resto, lo que necesita nuestro público y, sobre todo, lo que nos otorga una identidad propia. Pasar la semana leyendo a expertos en marketing y branding, leyendo incluso sobre grandes referentes del márketing de contenidos como el gigante IKEA, proporciona en última instancia momentos para pensar en todo esto. ¿Cómo encaja la búsqueda de la diferenciación en una sociedad global? ¿Cuál es nuestro espacio propio, nuestra voz, lo que nos hace destacar?
He llegado a la conclusión que, antes de ponerse en marcha, deberíamos pensar en tres preguntas para buscar la diferenciación:
¿Qué te hace diferente?
Parece fácil responder, pero no siempre es así. Reflexionar sobre uno mismo (o sobre tu marca) es un paso muy importante para conocerse y comprender lo que nos hace auténticos. En las marcas, supone un factor determinante a la hora de establecer quién es tu público, de qué forma puedes crear una relación y cuáles son tus herramientas para destacar
¿Qué hace tu competencia que tú no haces?
Cada marca es distinta y su forma de actuar también. Estudiar a la competencia no significa copiar su forma de comunicarse, de vender o de trabajar. Se trata de recoger información sobre lo que a ellos les funciona y que puede darte pistas muy útiles para buscar tus propias herramientas. En comunicación digital, analizar la forma en que las grandes corporaciones se comunican con su público puede darnos ideas para aplicar a nuestra marca. Eso si, hay que adaptarla a nuestra personalidad y a nuestro público. Aprende, investiga, critica y decide si las prácticas extendidas van con tu personalidad
¿Cómo puedes ayudar sin hacer lo mismo que todos?
La pregunta del millón! Nosotros seguimos buscando la respuesta. Probablemente sigamos unas lineas de actuación muy parecidas a las de nuestros referentes, pero la clave es pensar en nuestros recursos y en lo que nuestro público necesita. Entre nuestras fortalezas podemos encontrar muy buenas estrategias de comunicación si a mayores las combinamos con el análisis del entorno y ponemos atención a lo que nuestro cliente necesita. Sin duda, para nosotros, la empatía es la mejor cualidad para elaborar las estrategias, puesto que siendo capaz de pensar como tu cliente facilita que te adaptes y encuentres una solución creativa a tus problemas
P.D: Lo más importante siempre son las necesidades del público. La forma en la que demos nuestra respuesta dependerá del análisis del entorno, de nuestra personalidad y de nuestros recursos



